miércoles, 13 de junio de 2012

Hace unos días hablaba con un buen amigo de la familia. Me contaba con gran admiración sobre la vida de su hijo fallecido hace unos cinco años debido a un cáncer que invadió todo su cuerpo. Yo pensaba en lo notable que era la forma en que su hijo...y la situación que había tenido que padecer,  habían cambiado rotundamente su vida. Lito (como así le decían al chico) tenía 18 años cuando termino su batalla en esta tierra. Era cariñoso, detallista y decía lo que pensaba sin ningún miedo. También le gustaba escuchar que oraran cerca de él; Solía decir que sentía paz cuando lo hacían. 

Hay quienes se refieren a este chico con pesar de que no hubiera podido seguir adelante con su carrera, su trabajo y sus planes de formar una familia (tenía una novia con la que estaba comprometido) pero tal vez eso no era lo que su existencia debía acarrear...su vida hizo cambiar a quienes estaban cerca, su situación puso al desnudo muchos sentimientos que antes no habían sido manifestados, y la sinceridad afloró mucho más en su  familia y hizo que muchos aprendieran de él para bien...aún cuando no esta y ha transcurrido mucho tiempo.

Esto me ha hecho pensar en la importancia que tiene el hecho de SER PERSONA mas que cualquier logro profesional, metas superficiales que obtengan reconocimiento y aceptación en sociedad.

¿En qué consiste realmente nuestra misión en esta tierra? Antes de conocer a Dios tenía miles de dudas, miedos, angustias...y no digo que en este momento no las tenga, es solo que ahora tengo la fortaleza para hacerles frente y continuar por la fe. Pasas de refugiarte en lo que te consuela y te calma la conciencia a buscar integridad en todos los aspectos de tu vida...

Cuando hablo de "cosas que te consuelan" y "te calman la conciencia" me refiero a eso que te hace sonreír o sentir bien tan solo por un momento. Uno se levanta cada mañana pensando en lo maravilloso que quedo el trabajo que debo presentar hoy en la universidad...en lo bueno que va a estar el nuevo capitulo de mi serie favorita...quizá en los  halagos que voy a recibir el viernes con ese gran traje que me compre o tal vez en la buena comisión que alcance este mes en el trabajo. No pienso que este tipo de actos estén mal, es  solo que no debemos dejar que nuestras vidas giren en torno a eso... así es como inclinamos el corazón para generar sentido y motivación pero al final el vacío continúa.

Citando a una persona muy querida:

"La vida depende de la capacidad que tenemos en olvidarnos de nosotros mismos y darle lugar al mejor maestro"

Que mi vida sirva para glorificar el nombre de Dios, que sirva para reflejar el amor de Cristo; solo el Él muchas otras vidas pueden ser cambiadas.


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